Con el reto de ser ferretera...

Hazel Ángulo, Propietaria de Ferretería Luján, dice que en ferretería siempre hay algo nuevo que aprender

Hazel Ángulo, Propietaria de Ferretería Luján, dice que en ferretería siempre hay algo nuevo que aprender

“Pongan a Dios por delante en todos sus proyectos”, es el consejo que Hazel Ángulo, Propietaria de Ferretería Luján le da a todos sus colegas ferreteros si desean que sus negocios sean exitosos.

Y es que esta ferretera abrió su negocio hace 4 años, cuando por cosas del destino, al no conseguir un trabajo, su hermano –quien también es ferretero: Fernando Ángulo- le sugirió abrir una ferretería, ya que cuando inició su negocio, Hazel trabajó con él durante 2 años.

 

Su historia

 

Hazel recuerda que tuvo que dejar su trabajo por una situación familiar y cuando decidió comenzar a buscar trabajo nuevamente, las puertas simplemente, no se abrían.

Así que después de mucha reflexión, decidió seguir el consejo de su hermano –quien le ofreció su ayuda-, tomó los ahorros de toda su vida y empezó a buscar un local. Como requisitos Hazel quería un lugar que le quedara cerca de su casa, y que tuviera la necesidad de una ferretería, por eso eligió Barrio Luján.

“Mi intención no era llegar donde hubiera una o dos ferreterías más, y literalmente “a matarnos” a ver cuál de todos se muere primero. Quería un lugar donde dijera: voy a ayudar a la gente que está ahí y viceversa, me van a ayudar a mí”, expresa.

La elección fue buena, pues según Hazel, desde el primer día recibieron clientes; incluso días antes de abrir, cuando todavía tenían toda la mercadería en cajas, recuerda que estaban varios acomodando y llegó una señora, como a las 6 p.m., pidiendo una resistencia para ducha… “Por supuesto, no se la pudimos vender porque eran demasiadas cajas y no teníamos idea dónde podían estar… ¡todo estaba patas arriba!”.

¿A qué le deben el éxito?

De acuerdo con Hazel, hay varios factores a tomar en cuenta. Primero, asegura que antes de abrir el negocio, le pidió dirección a Dios, y afirma que la ha guiado desde el principio.

Asimismo, expresa que para ella, su equipo de trabajo es indispensable, porque son excelentes en lo que hacen. También es fundamental el buen servicio al cliente que ofrecen y el hecho de complacer a los compradores, es decir, de preocuparse por conseguirles lo que buscan –en caso de que la ferretería no tenga suficiente en stock o no cuente con el producto-.

“Por un lado, “chinearlos”, consiguiendo lo que buscan, y por el otro lado, siendo sinceros y transparentes con ellos. Prefiero mil veces ser sincera y decir que no puedo conseguirle el producto, a quedar mal”.

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